- Leandro Fernández Macho
- Fecha de actualización: 2019-07-04
A ver si reconoces alguna de estas situaciones relacionadas con la asertividad. ¿Alguna vez no has expresado tu opinión o lo que querías, por miedo a generar un conflicto con la otra persona? ¿Alguna vez has perdido los papeles y has dicho algo de un modo del que luego te has arrepentido? ¿Conoces a alguien a quien le cueste decir no? ¿Alguna vez el mensaje de alguien no te ha llegado porque aún teniendo razón en el fondo, la forma no fuera la adecuada? ¿Conoces a alguien a quien le cueste pedir lo que necesita? ¿Y a alguien que cada vez que pide algo, daña aunque no sea su intención hacerlo?
El valor de la asertividad para tu vida
Pues si reconoces alguna de las situaciones anteriores, entiendes el valor de entrenar la asertividad para la vida profesional y personal y por qué los entrenamientos relativos a la comunicación, son los que más se llevan a cabo en las organizaciones.
Y es que el arte de comunicarse bien, de forma saludable, constructiva y productiva para todas las partes, es eso… un arte.
Son muchísimas las personas a las que he entrenado en comunicación interpersonal eficaz que me han dicho: “La de problemas que habría ahorrado, si hubiera tenido la oportunidad de aprender esto en el colegio…”. Y es que los seres humanos, dada nuestra condición de especie social, estamos constantemente comunicándonos con los demás, tanto cuando queremos comunicarnos, como también cuando no queremos hacerlo. La ausencia de comunicación en esencia no existe… Incluso cuando me aislo, estoy diciendo algo a los demás con mi aislamiento. Y ya que la comunicación es el principal vehículo de relación interpersonal, qué mejor que comunicarnos bien para lograr buenos resultados a corto, medio y largo plazo en las relaciones ¿no?
El equilibrio entre dos estilos de comportamiento
Pues bien, la asertividad representa la expresión de una sana autoestima a nivel interpersonal, combinada con una buena dosis de empatía. Representa el equilibrio entre dos estilos de comportamiento, hacia los que las personas tendemos en mayor o menor medida, cuando nos relacionamos con los demás:
La inhibición
Conlleva un cierta tendencia a adaptarse en exceso a lo que quieren o necesitan los demás, sin tener suficientemente en cuenta y expresar lo que uno mismo piensa, siente o quiere. Sería algo así como “Tú eres más importante que yo y lo tuyo es más importante que lo mío”. Este estilo de interacción, reduce las posibilidades de conflictos con los demás, pero aumenta el nivel de conflicto con uno mismo, con la consiguiente pérdida de autoestima y la insostenibilidad saludable a medio y largo plazo.
La agresividad
Que conlleva una cierta tendencia a no tener en cuenta los sentimientos, opiniones o necesidades de los demás. En su forma extrema implicaría ofender, provocar y atacar, mientras que en su forma velada implicaría agredir “pasivamente” tirando la piedra y escondiendo la mano al no atreverse a mostrarse directamente agresivo con la otra persona. Sería algo así como “Yo soy más importante que tú y lo mío es más importante que lo tuyo”. Este estilo de interacción aumenta las posibilidades de conseguir lo que uno quiere a corto plazo, pero deteriora las relaciones y hace más difícil conseguir lo que queremos a medio y largo plazo. Las personas no querrán ayudarnos ni colaborar con nosotros. Y si lo hacen, será por miedo, con la consiguiente acumulación de resentimiento que derivará de ello y la pérdida de una de las fuentes más importantes de bienestar y capacidad para lograr resultados en la vida, que no son otra cosa que nuestras relaciones.
¿Reconoces a alguna persona de tu entorno, con tendencia hacia la inhibición o la agresividad?
La asertividad, el término medio entre ambos polos.
En este caso vendría a ser algo así como “Yo soy importante, tú también; lo tuyo es importante, lo mío también”. Así que desde esa suposición, me expreso de forma clara, directa y respetuosa, minimizando el coste emocional y cuidando la relación.
Implicaciones de la asertividad
La asertividad, implica ser capaces de hacer bien varias cosas (en las que si quieres puedes valorarte de 0 a 10, para ver cómo crees que andas en asertividad):
Ser sincero sobre lo que es relevante.
Expresar con claridad y respeto los hechos y sentimientos relativos a la situación, evitando prejuzgar intenciones o comportamientos de la otra persona de forma subjetiva.
No ceder en lo fundamental
Saber cuál es nuestro límite, lo que no estamos dispuest@s a aceptar, para poder expresarlo con claridad y respeto, al mismo tiempo que exploramos alternativas que sí sean posibles para nosotr@s.
Dejar claro que vamos a relacionarnos de igual a igual
De ser humano a ser humano: porque probablemente compartimos un interés común, que es resolver la situación para que ambos quedemos lo más satisfechos posible.
Y tal vez te estés preguntando… ¿Y por qué nos cuesta a las personas ser asertivas? Y las razones pueden ser varias.
¿Por qué nos cuesta a las personas ser asertivas?
- La tendencia genética de nuestra personalidad hacia el miedo a la sensación de descontrol (y me impongo para mantenerlo) o hacia el miedo al rechazo de los demás (y me adapto a ellos para mantener la aprobación y una armonía artificial).
- La influencia de personas no asertivas en mi entorno, de las que he aprendido cómo interactuar y a las que he modelado.
- La recompensa en forma de elogios u otros refuerzos, cuando a lo largo de mi educación, mostraba conductas no asertivas.
- El castigo ante conductas asertivas que eran erróneamente consideradas por mi entorno como un comportamiento inapropiado.
- Creencias instaladas en nuestro hardware (cerebro) debido a la cultura en la que hemos nacido, vivido y sido educados.
Reto: Tu primer entrenamiento de asertividad.
La buena noticia, es que la asertividad es una habilidad que se entrena y que tanto para aquellos que necesitan “frenarse” como para los que necesitan “impulsarse”, el entrenamiento funciona y permite a las personas vivir relaciones más satisfactorias, más productivas y más libres, para poder lograr los objetivos a los que cada cual aspire en la vida. Porque lo que en el fondo nos aleja de nuestra versión “asertiva”, no es otra cosa que nuestros “miedos” y nuestras “creencias desactualizadas”.
Y si quieres empezar a superarlos y actualizarte a tu versión asertiva, ahí va un ¡reto!
La próxima vez que suceda algo que te moleste, prueba a expresarlo asertivamente, siguiendo estos 3 pasos:
- Me siento…
- Cuando haces… o dices…
- Y te pido que…
¿Te atreves? ADELANTE!!!
Reconocido como uno de los TOP Speakers Spain más influyentes de España por la prestigiosa Thinking Heads. Profesor, coach y conferenciante experto en gestión del cambio, liderazgo, influencia y gestión positiva del estrés.