- Leandro Fernández Macho
- Fecha de actualización: mayo 11, 2023
IA de “Inteligencia Artificial”
En las últimas semanas has podido ver al Papa Francisco vestido con ropa que bien podría haber salido de una pasarela de moda, a políticos de partidos opuestos paseando de la mano y habrás leído ya varios post, artículos o hilos de Twitter con consejos para mejorar tus “prompts” en ChatGPT. La culpable de todo este revuelo es la Inteligencia Artificial y esto que he mencionado es únicamente la punta del iceberg; esa parte que queda visible porque las redes sociales así lo determinan.
Pero debajo de la superficie hay mucho más…
En el ámbito de la medicina, la Inteligencia Artificial ha demostrado ser útil en el diagnóstico y tratamiento de diversas enfermedades. Por comentar solo un ejemplo, ha logrado identificar con una precisión mayor a la humana cánceres de pecho o de piel. Si hablamos del ámbito laboral, la cosa adquiere una dimensión superior. Diversos estudios e informes, como el llevado a cabo por Goldman Sachs cifran en más de 300 millones los empleos que quedarán destruidos en los próximos años por la Inteligencia Artificial. Y no es un dato que deba sorprendernos si tenemos en cuenta que esta herramienta puede llegar a ofrecer, entre otras cosas, ventajas “tan golosas” como la automatización de trabajos repetitivos y rutinarios, la reducción de costos o una mayor eficiencia en términos generales.
Antes de que te eches las manos a la cabeza pensando en si tu puesto de trabajo entrará dentro de esos 300 millones, déjame decirte que ese mismo informe también hace referencia a los nuevos puestos de trabajo que la IA generará, de cómo esta aumentará además la productividad de los trabajadores y hasta el producto interior bruto mundial durante varios años.
Así que el panorama que tenemos es este: un mundo en el que ha irrumpido, como si de un tsunami se tratase (aunque ya llevase gestándose bastante tiempo solo que un poquito más en silencio), un nuevo factor en la ecuación llamado Inteligencia Artificial, IA para los amigos, que ha cambiado al completo las reglas del juego.
Y entonces… ¿qué hacemos? ¿cruzamos los dedos y esperamos que, con suerte, esta ola no nos arrase y mi puesto de trabajo esté fuera de esos 300 millones?
Pues bueno, es una opción, pero a menos que te guste dejarlo todo al azar y jugar con las probabilidades en contra, mi consejo es otro:
Nos subimos a esta ola, la surfeamos y, ya que estamos, aprovechamos el impulso para intentar llegar un poquito más allá.
No suena fácil, ¿no? Da un poco de miedo… es demasiado cambio.
Sí, te mentiría si te dijese que mantenerse al día en un mundo que está cambiando de forma vertiginosa no es un reto constante. Pero es que la V.I.D.A es eso: Vertiginosa, Incierta, Desafiante y de Aprendizaje permanente, y además ¡¡tú tienes una tabla de surf!!!
IA de “Inteligencia Adaptativa”
La Inteligencia Adaptativa es nuestra capacidad de cambiar, crecer y lograr resultados repetidamente en este entorno Vertiginoso, Incierto, Desafiante y de Aprendizaje permanente, manteniendo el equilibrio interno, la motivación y la salud a lo largo del camino. Esta IA es tu tabla de surf. Agárrate fuerte a ella.
Además de siglas, Inteligencia Adaptativa e Inteligencia Artificial comparten unas cuantas cosas. Por ejemplo, ambas utilizan “algoritmos de aprendizaje automático”, es decir, ambas recogen información y la usan para adaptarse a nuevos datos y situaciones. Para que lo entiendas mejor, tu Inteligencia Adaptativa funciona como una Inteligencia Artificial que viene “de serie” en nuestro cerebro, lo que pasa es que, como sucede con ambas, para que funcionen a máximo rendimiento hay que entrenarlas y perfeccionarlas.
¿Y cómo sé en qué nivel de desarrollo se encuentra mi Inteligencia Adaptativa?
Nuestra IA se puede medir a través del “Cociente de Adaptabilidad (CA)”, que es, a su vez, el resultado de evaluar el nivel de desarrollo de seis actitudes clave para adaptarte con éxito a los cambios y gestionar positivamente el estrés que generan.
Tenemos tabla de surf, el mar enfrente y esa ola que se nos viene encima ¿qué vamos a necesitar? ¿qué habilidades necesito para aprender a surfear?
Actitud de autocuidado: Para salir al mar necesitas encontrarte bien física y mentalmente. Esto es lo primero.
Actitud de aprendizaje: El mar es cambiante. Antes de entrar al agua, es importante entender las condiciones del mar, conocer las corrientes y las olas y estar al tanto de las advertencias del parte meteorológico.
Actitud de desafío: ¡Aprender a surfear puede suponer un gran reto al principio! A veces, incluso, el mar puede asustar un poquito, necesitarás usar bien tus ganas.
Actitud de colaboración: ¡No vayas solo!, será más fácil que lo consigas si te apoyas en instructores o amigos.
Actitud de resiliencia: Cómo te he comentado, el surf conlleva tiempo y práctica. No te frustres si no lo consigues a la primera.
Actitud de innovación: Prueba distintas tablas, distintas mareas, distintas técnicas, usa tu creatividad hasta encontrar lo que mejor se adapta a ti y lo que mejor te funciona.
Y sobre todo, y como eje principal, para surfear y para adaptarte a esta nueva realidad, necesitarás EQUILIBRIO; equilibrio para mantenerte encima de la tabla, equilibrio entre las distintas actitudes que componen la Inteligencia adaptativa.
Ahora que sabes cómo hacerlo, ¿sigues decantándote por la opción de la inmovilidad y el azar o te subes a tu tabla y vamos a por todas?
Para ayudarte en esta travesía, tienes mi primer libro La Inteligencia Adaptativa, el mundo cambia ¿y tú?, un manual práctico y basado en ciencia, que te ayudará a entender en profundidad esta habilidad diferenciadora en los tiempos que corren, identificando sus capacidades, su relación con nuestro cerebro y en el que te cuento cómo entrenarla y desarrollarla.
Reconocido como uno de los TOP Speakers Spain más influyentes de España por la prestigiosa Thinking Heads. Profesor, coach y conferenciante experto en gestión del cambio, liderazgo, influencia y gestión positiva del estrés.